24 de diciembre de 2022

¿Cómo resolver los problemas medioambientales de la producción de café?

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El café es uno de los productos básicos más comercializados del mundo, lo que significa que se produce y exporta a escala mundial. Naturalmente, la producción agrícola a gran escala puede a veces no concordar con los esfuerzos por conservar y proteger el medioambiente. Sin ir más lejos, queda clara su relación con la deforestación y la mala gestión de las explotaciones. 

A medida que aumenta la demanda de café cultivado de forma sostenible, las partes interesadas del sector realizan cada vez más esfuerzos para apoyar a los caficultores a reducir el impacto medioambiental de la producción. 

Además, como el impacto del cambio climático sigue amenazando el futuro del sector del café, los esfuerzos en favor de la sostenibilidad son ahora más importantes que nunca. 

Para saber cómo podemos reconocer y empezar a resolver los problemas medioambientales en la producción de café, hablé con tres expertos. Sigue leyendo para descubrir lo que me dijeron. 

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Deforestación en países productores de café

Comprender los problemas medioambientales asociados a la producción de café 

En primer lugar, hay que señalar que la gran mayoría de los problemas medioambientales de la producción de café son consecuencia de la agricultura a gran escala.  

Aunque se calcula que los pequeños agricultores producen hasta el 80 % del suministro mundial de café, la mayoría no supera una superficie de cultivo de 30 hectáreas, lo que significa que su huella de carbono es ínfima en comparación con las grandes explotaciones cafetaleras y las multinacionales del café. 

En última instancia, esto significa que los problemas medioambientales son en gran medida responsabilidad de esas empresas y no de los productores. 

Aunque cada vez son más los programas sostenibles que se implantan en las fincas cafeteras, eso no implica que no existan problemas medioambientales derivados de la producción de café. 

Steffen Sauer es el fundador de la Fundación Ulinzi África, una organización sin ánimo de lucro que trabaja con los guardas forestales de África oriental para proteger la fauna local. 

“La conservación y la protección del medioambiente son dos problemas de la industria del café pero no son exclusivas de este sector”, explica. “Existen en todas las grandes industrias agrícolas debido a las economías de escala”. 

Un estudio realizado en 2021 por la University College de Londres reveló que, tras la exportación, la producción de café es responsable del segundo mayor volumen de emisiones de carbono en toda la cadena de suministro. La exportación, en particular, sigue dependiendo de los combustibles fósiles porque el café se transporta mayoritariamente a los países no productores en barcos cargueros. 

Más allá de las emisiones, hay que tener en cuenta otras cuestiones medioambientales. Por ejemplo, el uso incorrecto de productos químicos e insumos agrícolas en las grandes explotaciones puede derivar en problemas medioambientales. Aplicados de forma incorrecta, algunos productos químicos, como fertilizantes y pesticidas, pueden causar graves daños al medioambiente y a la fauna del lugar.  

El uso excesivo de productos químicos a gran escala puede provocar un deterioro de la salud del suelo, así como la contaminación de las aguas subterráneas y la eutrofización. Esto ocurre cuando un ecosistema acuático recibe un exceso de nutrientes y minerales, especialmente de nitrógeno y fósforo, lo que, a la larga, puede acabar con la vida de los animales, insectos, peces y aves. 

La deforestación es también otro de los problemas de la producción de café a gran escala porque provoca una importante pérdida del hábitat para la fauna local y puede acelerar la desertización de las tierras de cultivo. 

“La conservación no consiste únicamente en proteger a los animales, sino también sus hábitats”, añade Steffen. “Hay muchas sinergias entre la conservación y el café; ambos están interrelacionados”. 

Se calcula que en todo el mundo, incluidas las principales regiones cafetaleras, se pierde una media de 13 millones de hectáreas de bosque al año. Esto no solo destruye los hábitats de animales, insectos y aves, además disminuye el número de árboles para secuestrar carbono, lo que puede exacerbar los efectos del cambio climático.  

Eso es especialmente preocupante porque los expertos prevén que si las emisiones de carbono se mantienen en los niveles actuales, para el 2050 casi la mitad de las actuales tierras de cultivo de arábica podrían dejar de ser aptas.  

Impacto del procesamiento del café

¿Qué pasa con el procesamiento del café? 

El procesamiento es una parte fundamental de la preparación del café para la exportación, así como para preservar su calidad. Los dos métodos principales son el lavado y el natural. 

Ritesh Doshi es el director general de Spring Valley Coffee en Kenia. Él explica las diferencias entre ambos métodos en cuanto a las cuestiones medioambientales. 

“Según mi experiencia, el café lavado puede ser más fácil de vender pero el procesamiento húmedo utiliza [bastante más agua que el proceso natural]”, dice. “El proceso natural, por el contrario, apenas genera aguas residuales”. 

De nuevo, es importante señalar que, en comparación con la agricultura a gran escala, los pequeños agricultores producen muy pocos subproductos nocivos y un volumen pequeño de aguas residuales.  

El proceso natural es posiblemente la técnica de procesamiento más respetuosa con el medioambiente ya que requiere menos energía y nada de agua, o muy poca. Mediante este método las cerezas se cosechan y se dejan secar tal cual en patios o camas elevadas.   

El café lavado, por su parte, necesita un volumen importante de agua, lo que puede convertirlo en un método de procesamiento menos sostenible. Las cerezas se sumergen en tanques de agua antes de ser despulpadas, lo que implica eliminar las semillas de la piel y el fruto de la cereza. 

Aunque el procesamiento húmedo puede dar lugar a un café de sabor más puro, también produce un mayor volumen de aguas residuales que el proceso natural; sin embargo, incluso si un pequeño productor solo aplica el proceso húmedo, es poco probable que cause un daño significativo al medioambiente. 

Jesse Winters es el fundador de Conservation Coffee, que se abastece de café cultivado bajo sombra en granjas orgánicas. 

“[Si las aguas residuales no se gestionan correctamente] pueden contaminar ríos, arroyos y lagos, lo que aumenta la carga biológica”, dice. “Esto puede ser devastador para la fauna marina [y de agua dulce]”. 

Una carga biológica excesiva puede conducir a la eutrofización, lo que provoca la proliferación de fitoplancton como las algas. Esto impide que el oxígeno y la luz solar lleguen a la superficie del agua y como consecuencia produce la muerte de los peces y otros animales. 

La pulpa es un subproducto del procesamiento del café, independientemente del método que se utilice. Si se desecha de forma inadecuada, puede descomponerse y contaminar la tierra y los sistemas de agua. 

Café con enfermedades

¿Qué pasa con el resto de la cadena de suministro? 

Aunque se puede animar a los caficultores a utilizar más fertilizantes orgánicos o a gestionar los residuos de forma más sostenible, los esfuerzos medioambientales en la industria del café deben ir mucho más lejos. Todos los actores en la cadena de suministro deben asumir una mayor responsabilidad en la reducción del impacto medioambiental de la industria del café. 

En primer lugar, hay que entender que, además de la producción y la exportación, hay otros eslabones de la cadena que son igualmente responsables de los problemas medioambientales. 

El tostado puede producir emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido y el monóxido de carbono. Aunque algunos tostadores modernos ya incorporan sistemas de reciclaje de aire, los modelos más antiguos suelen liberar los gases directamente a la atmósfera. 

Además, el volumen de residuos producidos por las cafeterías (especialmente los vasos de un solo uso) preocupa a muchas personas. Reciclar los vasos de café de un solo uso es muy difícil o prácticamente imposible, por lo que muchos acaban en los vertederos y ahí, bajo condiciones anaeróbicas, pueden tardar cientos de años en descomponerse. 

Steffen cree que parte de la responsabilidad de reducir el impacto medioambiental recae en los consumidores. 

“Los consumidores deben exigir una mayor calidad pero también tienen que estar dispuestos a pagar por ella”, dice. “Deben pagar por la calidad que desean tener y deben comprar un café que no sea nocivo para el medioambiente”. 

“Las decisiones individuales desempeñan un gran papel”, añade. “Por ejemplo, los consumidores pueden presionar a las grandes empresas para que tengan más en cuenta al medioambiente”. 

En los últimos años, muchas grandes empresas cafeteras se han comprometido a compensar sus emisiones y a reducir su impacto medioambiental, como Starbucks y Nespresso; sin embargo, es evidente que hay mucho por hacer, sobre todo cuando esas empresas contribuyen de forma significativa a la cantidad de residuos producidos. 

Ritesh lo confirma diciendo: “necesitamos que la gente de las grandes empresas añada más valor y los agricultores también deben presionar más a esas empresas”. 

También, es necesario que actúen otras partes interesadas del sector porque la legislación y las políticas pueden contribuir a reforzar los esfuerzos a favor de la conservación en la producción de café. Por ejemplo, la Unión Europea ha impuesto recientemente nuevas normas en materia de diligencia a los exportadores y comerciantes para que dejen gradualmente de abastecerse de café que contribuya a la deforestación. 

“La legislación gubernamental puede ayudar pero el cambio debe ser liderado por las empresas y los consumidores con visión de futuro”, afirma Ritesh. 

Comunidad productora de café

Considerar las soluciones 

Para incrementar los esfuerzos en la protección medioambiental desde el origen debemos admitir que todos los actores en la cadena de suministro tienen la responsabilidad de apoyar las iniciativas de sostenibilidad en los países productores de café. 

Algunos agricultores están derivando hacia prácticas agrícolas más respetuosas con el medioambiente, como la agricultura sintrópica y la agroforestería. 

Asimismo, se ha demostrado que el cultivo bajo árboles de sombra produce un café de mayor calidad, a la vez que fomenta la biodiversidad. También, provee a los agricultores de métodos naturales de control de plagas ya que los pájaros y los pequeños animales se comen los insectos que pueden dañar las plantas de café.

Además, el aumento del número de cafetos cultivados bajo sombra redunda en una menor deforestación, secuestra más dióxido de carbono y, en general, requiere menos insumos químicos, como fertilizantes. 

Ritesh cuenta que Spring Valley colabora con un programa de conservación. Por cada saco de café vendido, el 50 % del beneficio bruto se dona al programa. 

“Trabajamos con Seedballs Kenya, explica. “Con ese dinero sembramos cinco plantones de árboles autóctonos en una zona de la que nos abastecemos”. 

En cuanto a los métodos de procesamiento, unas técnicas de gestión adecuadas pueden ayudar a reciclar o reutilizar las aguas residuales y la pulpa desechada. Correctamente tratadas, las aguas residuales sirven para regar los cafetos o para ser devueltas a sus fuentes naturales. Del mismo modo, si se gestiona correctamente, la pulpa del café puede reutilizarse como biocombustible o fertilizante orgánico. 

A pesar de esto, para muchos productores (en su mayoría pequeños caficultores) estos cambios pueden requerir una importante inversión financiera y no compensar económicamente de forma inmediata. Por ejemplo, aunque la agricultura ecológica sea más sostenible, las producciones son menores, lo que significa que los caficultores podrían no recibir los mismos ingresos. 

Las empresas cafeteras más importantes también tienen un gran papel en la reducción del impacto medioambiental. Algunas de ellas ya están implementando conceptos como la compensación de carbono y la inserción a lo largo de todo el ciclo de la producción de café.  

La inserción es un proceso para reducir las emisiones netas de carbono dentro de las propias cadenas de suministro, mientras que la compensación es cuando las empresas o las organizaciones adquieren créditos de carbono para equilibrar sus emisiones, a menudo fuera de sus propias cadenas de suministro. 

Los esfuerzos de sostenibilidad ambiental son ciertamente necesarios en la producción de café pero es importante destacar que algunos agricultores no pueden obtener beneficios financieros si sus cafés no están certificados de alguna manera. 

Los sistemas de certificación son habituales en la industria del café, especialmente los que exigen a las empresas la aplicación de prácticas más sostenibles. Por ejemplo, las certificaciones orgánicas tienen normas estrictas, principalmente en lo relativo a la ausencia de insumos químicos. 

Jesse subraya que los consumidores deben prestar atención a lo que significan realmente las certificaciones. “Los consumidores deberían comprar café de empresas que [han pasado muchos controles para recibir las certificaciones]”, afirma. 

Es posible que muchos pequeños productores ya lleven a cabo prácticas ecológicas en sus cafetales; no obstante, dado que la obtención de certificaciones puede ser costosa, quedan fuera de su alcance y retienen menos valor. 

En última instancia, Ritesh cree que el impulso a la conservación del medioambiente en la producción de café gira en torno a si los clientes están dispuestos a pagar más. 

“Utilizar bolsas compostables, producir café cultivado bajo sombra o aplicar prácticas de agricultura ecológica cuesta más dinero, por lo tanto, el cliente final tiene que estar dispuesto a pagar por eso”, concluye. 

Impacto ambiental de la producción de café

Aunque en los últimos años se han producido avances en la sostenibilidad, está claro que se necesita más legislación, inversión y concienciación para resolver los problemas medioambientales relacionados con la producción de café. Los productores, especialmente los pequeños agricultores, pueden necesitar ayuda financiera y apoyo para llevar a cabo los esfuerzos de protección del medioambiente. 

Hay cierta esperanza de que las cosas sigan mejorando pero con la creciente presión por la amenaza del cambio climático, lo único claro es que la necesidad de un cambio más sustancial va aumentando en paralelo.  

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Créditos de las fotos: Peter Gakuoh, Mauhobaah Butt. 

Traducido por Almudena Torrecilla Aznar. Traducción editada por Alejandra Soto.

PDG Español 

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