5 de abril de 2023

Formación para personas sin experiencia en la industria cafetera: ¿es accesible?

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Existen distintos tipos de entidades ligadas a la educación en el mundo del café. La oferta se puede dividir entre aquellas enfocadas en evaluar y certificar el saber, y las dedicadas a la capacitación y el acompañamiento en el aprendizaje.

Esto no significa que una institución no pueda hacer ambas cosas, de hecho muchas de ellas lo hacen; sin embargo, es factible que se inclinen más por una categoría que por la otra. Por ejemplo, aquellas instituciones que cuentan con un amplio reconocimiento encuentran más rentable un modelo educativo enfocado en las certificaciones. 

Por otro lado, las organizaciones que no cuentan con un aval frente a otros actores de la industria deben enfocarse en la enseñanza para crear una oferta educativa más atractiva.

Teniendo esto en cuenta, es entendible que la formación avalada, es decir aquella que puede considerarse oficial o que cuenta con una garantía de calidad, tenga como público principal a los profesionales con experiencia y no a los aficionados o principiantes en el mundo del café. 

En ese contexto, surgen dudas sobre la accesibilidad y disponibilidad de educación de primer nivel para personas que quieren iniciar su incursión en la industria y que no tienen conocimientos previos. Para profundizar en este tema, hablé con dos expertos. Continúa leyendo para conocer su opinión. 

Lee también: Educación virtual en el sector del café: una visión general

Capacitación sobre la rueda de sabores

Modelos de enseñanza en la industria del café 

Gustavo Paparoni es socio fundador de Café Provenzal y Provenzal Academy en Venezuela. Además, es instructor certificado por la Asociación de Cafés Especiales (SCA por sus siglas en inglés) desde el 2015 y su trabajo lo ha llevado a formar alumnos en siete países. Cuando comenzó a capacitarse tuvo que viajar a Estados Unidos ya que aún no tenía la posibilidad de hacerlo en su país.

Él cuenta que, actualmente, los distintos modelos de educación disponibles en Venezuela tienen una joven trayectoria pero ya conforman una amplia gama de opciones. Por un lado, se pueden encontrar academias que otorgan certificaciones de validez internacional, como aquellas avaladas y regidas bajo los estándares de la SCA; por otro lado, están las academias que no certifican pero que brindan instrucción.

Julián Andrés Herrera trabaja con café hace más de diez años, es catador, tostador e instructor en Taller Barista de Confite Café en Medellín, Colombia. Él también menciona la presencia de la Specialty Coffee Association en Colombia a la hora de hablar de entidades formadoras que aportan un aval; sin embargo, resalta la labor de otra institución a nivel nacional: “el organismo más fuerte en temas de educación de café en Colombia es el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)”. 

El SENA es la entidad de formación para el trabajo del Estado colombiano y ofrece cursos y carreras que en algunos casos son avaladas por instituciones extranjeras.

¿Certificación o capacitación?

Gustavo defiende la idea de que se debe aspirar a contar con certificaciones, no por orgullo sino porque son una garantía que puede ofrecer el profesional de la industria cafetera.

“La certificación es un aval muy importante pero a veces las personas no tienen los recursos y se les hace imposible optar por la certificación internacional”, dice. 

Julián está de acuerdo con la idea de que, en muchos casos, las tarifas para certificarse a través de estas instituciones son altas y opina que “en ocasiones la certificación implica tiempos muy cortos y no da la suficiente experiencia para realmente adquirir el conocimiento”.

Además, agrega que frente a la posibilidad de contratar un nuevo empleado es necesario considerar otras aptitudes como la agilidad o la predisposición para cumplir con las tareas. 

Frente a esto, Julián menciona que los cursos deben orientarse también a la preparación para el campo laboral y no únicamente al conocimiento de café.

Estudiantes de escuela formadora en la industria cafetera

Formación avalada en la industria: ¿solo para profesionales con experiencia?

Para Gustavo, existen suficientes opciones de formación avalada para principiantes porque los módulos básicos que ofrecen las instituciones muchas veces no requieren experiencia previa y pueden ser el inicio de la formación de un profesional. También, aclara que existe un orden recomendado para iniciar el camino del aprendizaje junto a estas instituciones.

Él menciona que los cursos y certificaciones sirven muchas veces para pulir, confirmar o corregir los conocimientos de las personas que cuentan con experiencia. 

Para Julián, estos programas muchas veces están enfocados en certificar el saber de personas que trabajan en compañías dedicadas a la industria del café y en los procesos de control de calidad para la exportación y la importación. 

Un ejemplo claro de esto es el programa de Q graders, una certificación que requiere una inversión importante de tiempo y dinero para aprobar los exámenes. Además, es una certificación que debe renovarse cada tres años mediante una calibración.

“Para mi, sin lugar a dudas, es la certificación más exigente que hay en todo el ámbito académico”, dice Julián. 

Por otro lado, él reconoce la evolución de estas entidades a la hora de ofrecer alternativas como el programa Pre-Q, una certificación menos exigente que el programa Q grader y que sienta las bases para obtener esta licencia.

Según Julián, la estandarización y regularización de profesionales que se logra mediante estas instituciones no es algo menor. Idealmente, deben continuar con su labor, creando más programas que apunten tanto a certificar como a capacitar a los alumnos. 

Capacitación sobre catación de café

El aprendizaje sin aval también es válido

Gustavo afirma que tanto la experiencia laboral como la formación académica son caminos válidos para aprender. Él sugiere poner a prueba lo aprendido para comprobar su efectividad y a la vez buscar un equilibrio entre lo que le funciona a cada persona y lo que cumple con los parámetros internacionales. 

Julián comenta que, hoy en día, es muy sencillo aprender de manera digital, por lo que recomienda a los instructores compartir su experiencia durante los cursos presenciales y no solamente la información general.

Por otra parte, Gustavo no considera que sea un riesgo tomar un curso no avalado por alguna institución reconocida si la base y la información que se brinda es certera y actualizada.

“Lo que sí es importante es saber si esa persona que está dictando el curso realmente tiene los conocimientos y las habilidades para impartir y  más que todo para aclarar dudas”, sostiene Gustavo y recomienda no acudir a una única fuente, sobre todo si no es oficial. 

“Uno tiene que ser muy coherente y muy honesto en la formación que está dando”, sostiene Julián en relación a las personas que imparten cursos sin dominar el tema sobre el que hablan.

La educación no académica

Gustavo considera de vital importancia compartir las fuentes a la hora de enseñar ya que el aprendizaje continúa después de finalizado el curso y los alumnos necesitan saber a dónde acudir o sobre qué basarse.

“Trabajar en cafeterías es otra escuela”, afirma Gustavo, resaltando la importancia de acompañar el estudio con la práctica.

Para Julián, es importante apelar a la comunidad a la hora de buscar formarse y aprender del mundo del café, y pone como ejemplo a algunas cafeterías que promueven las catas públicas en las que se genera un espacio de mutuo apoyo entre profesionales y aficionados, quienes comparten experiencia e información en un entorno ameno y distendido.

“Las tiendas y las tostadoras juegan un papel fundamental a la hora de estandarizar conocimientos porque también puede haber un conocimiento que no es tan general y tan estandarizado como el que marca la SCA”.

Egresada de curso sobre café

Si bien es necesario continuar trabajando para lograr una educación avalada más accesible, está claro que las instituciones entendieron esto y comenzaron a ofrecer programas que incluyen a personas con menos experiencia. 

Que estas personas puedan comenzar su trayectoria a la par de estas instituciones generará lazos de confianza y ayudará a que continúen eligiendolas para certificarse; sin embargo, la formación avalada puede y debe coexistir con otras formas de aprendizaje. Los estándares son útiles pero no absolutos y es tarea de todos poder discernir cuándo utilizar estas herramientas y cuándo no.

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Créditos de las fotos: Provenzal Academy, Café Retiro. 

PDG Español

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