Como muchos otros países de Medio Oriente, el Líbano tiene una rica historia de consumo de café. Durante siglos, los libaneses han disfrutado del café y a menudo lo preparan de manera similar al café turco o árabe.

A lo largo de los años, se han abierto más cafeterías en el país, particularmente en Beirut, la capital, pero a medida que el país continúa enfrentando una crisis financiera, así como una inestabilidad política constante, para algunas empresas de café de especialidad establecerse ha sido un desafío.

Con el fin de entender más sobre el consumo de café en el Líbano y cómo podría evolucionar en los próximos años, hablé con dos tostadores locales. Sigue leyendo para saber lo que me dijeron.

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Una breve historia del café en el Líbano

Líbano es un país de Medio Oriente ubicado en la costa este del Mar Mediterráneo. Junto a su gastronomía de renombre mundial, el café es una de las bebidas más importantes que se consumen en el país.

Se cree que el café se consumió por primera vez en el Líbano a mediados del siglo XV y lo más probable es que llegara desde Yemen, donde los musulmanes sufíes solían tostarlo y prepararlo.

A lo largo del siglo XVI, se abrieron muchas cafeterías en todo el Medio Oriente, incluso en el Líbano. La gente se reunía en cafés para discutir temas sociales, políticos y espirituales.

Con el paso de los años, el café ha sido y sigue siendo popular entre la población en general y se elabora principalmente de las formas más tradicionales, similares al café turco y árabe.

Saddam Hussein es el tostador principal de Café Younes, una cadena de cafés de especialidad en Beirut que se estableció por primera vez en 1935. “En general, el café siempre ha sido importante para los árabes pero particularmente para los libaneses”, dice. “Fácilmente pueden tomar café durante todo el día”.

“Para muchos, el olor del café recién tostado es lo que los impulsa a comprar más café”, agrega. “Recibimos muchas solicitudes de personas para comprar granos de café tan pronto como se sacan de la tostadora pero, por supuesto, debes dejarlos reposar antes de prepararlos”.

En términos generales, el café libanés tradicional se elabora con granos de Arábica brasileño. Es común que los consumidores mayores compren hasta 1 kg de café, que suele ser molido fino (similar al café turco). De hecho, muchos consumidores mayores no especifican el tamaño de molienda requerido ya que los tostadores pueden asumir con seguridad que prepararán su café de manera tradicional.

Los perfiles de tueste para el café libanés tradicional tienden a ser más oscuros que para el café turco, lo que da como resultado un perfil de sabor más marcado e intenso.

Formas tradicionales de consumir café

Para hacer café libanés tradicional, normalmente se agrega una cucharadita de café molido, media cucharadita de azúcar en polvo y una pizca de cardamomo a una taza de agua fría en una cafetera rakweh de mango largo.

Idealmente, el café se prepara de forma lenta durante un largo período de tiempo. Una vez que el café comienza a hervir, se puede retirar del fuego antes de volver a hervir. Este proceso se repite tres veces para crear un perfil de sabor intenso y audaz.

El café se vierte tradicionalmente frente a los invitados y se sirve en pequeñas tazas de espresso estampadas en una bandeja con vasos de agua.

Es importante tener en cuenta que la cantidad de café y azúcar que se agregue varía según las preferencias de sabor de las personas. Cuando visitas la casa o el lugar de trabajo de alguien, a menudo te preguntan cómo bebes tu café, lo que se refiere a la cantidad de azúcar y café que agregas normalmente.

El café blanco, conocido como kahweh baida o café blanc, también es común en el Líbano. Aunque el nombre puede ser engañoso para algunos, no contiene café ni leche. La bebida se prepara con agua de azahar y azúcar, y suele consumirse después de una comida abundante.

Es común que muchas personas en el Líbano beban café en cualquier momento del día, incluso después de las comidas y al anochecer. El café también se consume en ocasiones especiales, como bodas y funerales, y puede ser parte importante de los rituales tradicionales.

Por ejemplo, en el valle de Beqaa (ubicado a unos 60 km al noreste de Beirut) cuando se asiste a una reunión o evento social, la gente suele beber café de la misma taza. Después, el invitado principal toma un sorbo final, antes de que se rompa la taza. Si un invitado desea tomar más café, generalmente girará su taza vacía en la mano para indicar que desea volver a llenarla.

Cultura de cafetería libanesa

En cuanto a la cultura de cafetería del país, ha evolucionado enormemente en las últimas décadas. Hasta la década de 1960, la mayoría de las cafeterías servían café libanés o turco junto con pipas de narguile, así como té en hojas sueltas y jugos.

Posteriormente, cuando las cafeterías en el Líbano comenzaron a introducir máquinas de espresso a fines de la década de 1960, las bebidas a base de espresso estándar comenzaron a volverse más populares. Junto a esto, el café de filtro y la prensa francesa también se han vuelto más prominentes en las cafeterías del país.

En Trípoli, la segunda ciudad más grande, hay muchas cafeterías que sirven café libanés tradicional, a menudo con una pipa de narguile. Beirut también es una ciudad popular en cuanto a las cafeterías, al igual que las ciudades costeras de Saida, Batroun y Byblos, que albergan algunas cafeterías especializadas y tostadores.

Además, se sirve café en la mayoría de restaurantes y bares, así como en las furgonetas y quioscos de carretera. Por norma, muchos ofrecen algún tipo de café filtrado para llevar, espresso, cappuccino y café libanés tradicional.

¿Se está volviendo más popular el café de especialidad?

En las ciudades más grandes del Líbano, la cultura de las cafeterías de tercera generación comenzó a popularizarse entre principios y mediados de la década del 2000. En este punto, además de una serie de cafeterías y tostadores nacionales emergentes, comenzaron a aparecer cada vez más marcas internacionales en ciudades de todo el país.

Hoy en día, el café de especialidad es particularmente popular en Beirut y muchos consumidores están interesados en saber más sobre el origen del café y cómo se cultiva.

En línea con esto, en los últimos años, se han abierto más y más tiendas de café de especialidad que sirven una variedad de cafés diferentes.

Hussein Chaar es un tostador del Líbano que también ha trabajado como barista.

“Como somos nuevos en la escena del café de especialidad, siempre estamos buscando nuevas formas de evolucionar y avanzar, incluso como un pequeño tostador local”, dice. “Los diferentes perfiles de tueste son cada vez más populares, por lo que tratamos de ofrecer una variedad de diferentes niveles de tueste pero la mayoría de nuestros cafés son de tueste medio”.

¿Podrían volverse más comunes las cafeterías de tercera generación?

No se puede negar que la cultura libanesa del café ha recorrido un largo camino desde el siglo XV; sin embargo, tras muchos años de conflicto civil y una crisis económica que comenzó a finales de 2019, casi el 74 % de la población vive en la pobreza.

“Después de las guerras civiles, así como de la explosión del puerto de Beirut en agosto de 2020, algunas cafeterías y tostadores cerraron”, dice Hussein. “Las empresas que permanecieron abiertas son resilientes y les va bien”.

“Creo que el café de especialidad todavía tiene un futuro brillante en el Líbano en las próximas décadas”, agrega. “El café libanés tradicional siempre será el favorito de la gente, independientemente de la cantidad de café de especialidad que se produzca en el país”.

Es evidente que los métodos tradicionales seguirán siendo populares en el Líbano, en gran parte, gracias a su rica historia y su larga asociación con las ceremonias tradicionales y las ocasiones especiales.

En paralelo, existe un mercado de especialidad en crecimiento, particularmente en las ciudades más grandes del Líbano. Queda por verse cuánto crecerá y se diversificará este mercado, sobre todo, al considerar la actual crisis financiera que está afectando a la mayoría de la población.

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Créditos de las fotos: Café Younes.

Traducido por Loreta Moccia. Traducción editada por Alejandra Soto.

PDG Español

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