17 de febrero de 2022

Creatividad e innovación: usos alternativos del café tostado

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Los subproductos del café tienen un amplio abanico de usos que van desde la utilización de la cáscara y el mucílago para elaborar productos como miel o harina, hasta el uso de residuos para la elaboración de muebles y baldosas

Numerosos estudios se han centrado en el aprovechamiento de los residuos generados por los beneficios secos y húmedos para ofrecer soluciones sostenibles a los caficultores. Por otra parte, poco se habla de los usos alternativos del café apto para el consumo, del que es posible obtener algo más.

Hablé con dos caficultores, de Honduras y Colombia, para conocer cómo están utilizando el mismo café que producen para diversificarse y obtener ingresos extra, sin mucha inversión pero con el deseo de sacar sus negocios adelante. Sigue leyendo para conocer lo que me dijeron.

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Productor de café

El café en otras industrias

El destino final del café, en muchas ocasiones, no es una taza. Hoy en día se utiliza café para la elaboración de muchos productos alimenticios. Chocolates, caramelos, jaleas, mermeladas, galletas, pasteles, entre otros, son comunes en los supermercados de casi todo el mundo.

Los productos cosméticos y de belleza elaborados con café no son recientes pero se fabrican, principalmente, en países no productores usando cafeína o aceite de café, que se puede obtener directamente del café o tras el proceso de extracción de los aceites que se da en la elaboración del café instantáneo.

Otros productos para los que se utiliza café son los extractos destinados a la fabricación de licores; sin embargo, el uso de café extraído en frío está ganando terreno en este negocio. Asimismo, la producción de cervezas con café. Una industria joven en Latinoamérica pero que tiene varios años de comercialización en Estados Unidos y Europa.

Productos de belleza a base de café

De las dificultades a las oportunidades

En 2019, cuando no se pagaba más de US$1,30 por libra de café, Aura Bautista supo que debía hacer algo para mejorar su economía familiar. “Cuando el precio del café a duras penas daba para pagar a los recolectores, de ahí surgió la idea, de ver que el precio no era muy bueno y no era rentable en ese momento”. 

Aura es parte de los propietarios y la administradora de la finca San Felipe del Ocaso, en la Mesa de los Santos, departamento de Santander, Colombia. La idea de la que habla, surgida de sus dificultades financieras, fue la elaboración de productos cosméticos hechos con el mismo café que vende y exporta, y a los que ha bautizado como productos Del Ocaso.

En la Finca Mi Tazita en Corquín, departamento de Copán, en Honduras, sucedió algo similar. Lorving Calderón, su propietario, quiso mejorar sus ingresos con la creación de productos poco tradicionales. “Por las crisis y las pérdidas por desastres naturales, o por los bajos precios [del café] tomamos decisiones en familia para empezar con este proyecto”, afirma. Así, comenzó la elaboración de los productos de aseo personal que también llevan la marca Mi Tazita.

Ambas empresas, Del Ocaso e Industria Mi Tazita, cuentan con una producción artesanal y son negocios completamente familiares. El hecho de elaborar, además de productos tradicionales, productos no alimenticios a partir del café que cultivan, los convierte en casos de emprendimiento únicos en Latinoamérica.

Productos a base de café

Aprender, experimentar, producir

Con el apoyo de familiares y poca inversión, los productos del Ocaso y Mi Tazita pasaron de ser una idea a una realidad. Sus creadores comparten una característica: pese a su juventud, ambos manejan la producción de sus fincas y los movió la curiosidad por hacer “algo más”.

Lorving, ayudado por su madre, Irma Angélica Landaverde, elabora crema hidratante, jabón, shampoo, acondicionador y hasta desodorante. “Hemos recibido formación para ir perfeccionando los productos y llegar al resultado esperado. Antes de sacarlos al mercado  los probamos nosotros mismos”, señala. Además, dice que por ser una producción artesanal no hay mucha demanda “pero sí la suficiente para vender todo lo que se elabora”.

Aura, profesional en química ambiental, se valió de sus conocimientos para experimentar y lograr la receta de sus productos: jabón, aceite para masajes, exfoliante y líquido antibacterial. “Cuando empecé a trabajar en el cafetal se me ocurrió unir los dos conocimientos. Tenía la inquietud de hacer algo con el café diferente al consumo (…) me puse a investigar sobre qué productos era posible hacer con café y me llamó mucho la atención conocer sus beneficios en la piel”.

Los aceites que naturalmente tiene el café se absorben fácilmente por la piel. En estudios realizados sobre la química del café, se ha descubierto que tiene una serie de sustancias (provitaminas, aminoácidos y lipoproteínas) que permiten recuperar o mejorar el metabolismo celular dérmico. También, se demostró que los aceites extraídos del café tienen propiedades antioxidantes y que mediante su absorción se retrasa el proceso de envejecimiento de la piel.

Con base en esta información, Aura experimentó en la elaboración de productos que ofrecieran algo más que el olor agradable del café. “Requirió trabajo y tiempo pero quise [crear productos] pensados en las personas que no pueden usar productos convencionales. Para el aceite hay que filtrar el café durante varios días y con el jabón hay que controlar muy bien la temperatura (…) al mezclarlo con glicerina”, explica. 

Productora de café en Colombia

El café de sus productos, el mismo que toman

¿Cuál es el origen del café que se usa para elaborar productos de aseo personal y cómo se determina su uso?

Lorving explica que no utilizan variedades específicas sino las que tiene en su finca. “Sí hacemos la selección y limpieza de los frutos de café de una manera cuidadosa, (…) se aprovechan las diferentes calidades que se van quedando en el proceso de maquila y en algunas ocasiones se utilizan los granos pequeños que no pueden ser exportados pero son de buena calidad y libre de defectos primarios”, resalta.

”El café que manejo para estos productos es el mismo café premium seleccionado que mando a la tostadora, solo que se procesa diferente al café que vendemos en la Federación”, comenta Aura. “Intento usar los posos pero (…) cuando tengo pedidos grandes, para ocasiones especiales como el Día de la Madre o Navidad, uso el café que usaría para el consumo en una cafetería. Siempre uso mi propio café, el mismo que yo consumo”.

Si bien muchos productos cosméticos son elaborados con café verde debido a sus atributos, esto no quiere decir que la utilización de cafe tostado no ofrezca las mismas o similares propiedades, además de un olor que por sí solo reporta beneficios, según un estudio publicado en la Revista de Psicología Ambiental (Journal Enviromental Psychology).

Aura y Loving utilizan siempre café tostado para la elaboración de sus productos. Mi Tazita cuenta con su propia tostaduría y comercializa localmente su café tostado. Al mismo tiempo, exporta café verde de especialidad a Norteamérica y Europa. 

Por su parte, Aura exporta café verde a Estados Unidos y, localmente, lo vende tostado aunque no tiene aún su tostaduría propia. Ambos señalan que una gran ventaja de la fabricación de productos alternativos es que no se necesitan grandes cantidades de café para su elaboración.

Venta de café

Mercado y posibilidades

Es difícil encontrar a otros productores que se hayan diversificado elaborando productos cosméticos o de aseo personal usando su propio café. Lorving reconoce esto como un nicho de mercado pero, al mismo tiempo, es consciente de que para cualquier productor no es fácil emprender de esta forma y sacar sus productos a la venta.

“Es un mercado virgen que no está explotado pero se necesitan inversionistas con la disponibilidad de ayudar a los productores a impulsar este tipo de iniciativas para poder producir de forma industrial”.

Para Aura, esta es una de las principales dificultades a las que tendría que enfrentarse si quiere mejorar en su negocio. “Si quiero llevarlo a otro nivel, para poder comercializar [mis productos] y venderlos en tiendas tendría que aumentar la producción y necesitaria un registro oficial. Eso sería un trabajo y una inversión extra. No sé qué tan rentable puede llegar a ser”. 

Aparte de la inversión económica, las licencias o permisos oficiales son otra dificultad difícil de sortear para los productores ya que ellos son, en esencia, caficultores. “Algunos países te exigen registros que a nivel de un productor son difíciles de conseguir.” dice Lorving. “No hay políticas de gobierno que en realidad te apoyen como productor para impulsar este tipo de iniciativas”.

Pese a esto, Aura y Lorving creen en sus proyectos y quieren mantenerlos activos, ayudados especialmente por las redes sociales. Esta es una forma de obtener ingresos extra, sobre todo, en épocas difíciles en las que el precio del café es poco favorable. ”Investigando, leyendo y practicando se pueden crear nuevos productos” dice Aura.

Para Lorving hay además otra motivación: servir como ejemplo y que los demás productores vean que se pueden hacer cosas diferentes. “El objetivo del productor es que muchas personas consuman su café y si no es tomado pues que pueda ser de otra forma”. 

Para muchos productores este modelo de negocio puede no ser una opción; no obstante, para otros, representa una alternativa sostenible porque cuentan con la principal materia prima: el café. Elaborar productos diferentes y novedosos puede generar ingresos extra, durante todo el año, para la finca y puede ser una ventana para visibilizar el café de una forma poco convencional. Para empezar, en palabras de Aura, “lo único que se necesita es tiempo y motivación”.

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Créditos de las fotos: Industrias Mi Tazita, Productos del Ocaso, Diana Fisgativa.

PDG Español

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