24 de octubre de 2019

Cómo Una Finca de Café Especial en Ecuador Transformó Una Región

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En 2010, Magda Zabala viajó a Quito desde La Perla, una pequeña comunidad al noroeste de la capital ecuatoriana; un viaje de dos horas y media. Como agricultora, necesitaba un pequeño crédito bancario para mantener a su familia antes de la próxima cosecha y eso es lo que fue a solicitar a la capital. En un país mayormente rural como Ecuador, los préstamos a agricultores no son algo fuera de lo común. El ejecutivo del banco comenzó a evaluar el potencial crediticio de Doña Zabala.

  •  “¿Dónde está ubicada la finca?”. Preguntó.
  • “En La Perla”. Respondió ella.
  • “¿Qué cultiva ahí?”. Preguntó nuevamente el ejecutivo.
  • “Café”. Respondió de nuevo.

El ejecutivo hizo una pausa y levantó su mirada de la computadora. “¿Está segura?”.

Read this in English: How a Specialty Estate in Ecuador Transformed a Community

La Perla Negra es la prueba de que no se necesitan equipos de última tecnología, sino un compromiso con la calidad.

La Perla, Ecuador: Un Diamante en Bruto

A las comunidades como La Perla, una de muchas pequeñas fincas cafetaleras en la región del noroeste de Quito, se les considera un diamante en bruto. En Ecuador, se ha cultivado café por varias generaciones, pero recientemente, no hace más de nueve años, ha comenzado a crecer en los distritos metropolitanos de Quito (también conocido como Pichincha). Incluso ahora, muchos quiteños no saben que a poca distancia de su ciudad se cultiva café de especialidad, a pesar de que en pocos años de producción la región ha recibido varios premios nacionales e incluso ha aparecido un par de veces en competencias internacionales de barismo.

Entonces, si en 2010, el ejecutivo bancario no tenía idea (a pesar de estar supuestamente familiarizado con las tendencias agrícolas del país) de que se estaba plantando café a poca distancia de su oficina. Podríamos perdonarlo, pues en aquel momento había sólo una finca que cultivaba el producto: Perla Negra.

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Las Primeras Semillas de un Movimiento: Como Empezó a Cultivarse Café en La Perla.

Magda Zabala y Olger Rogel llegaron desde Loja a La Perla en 1994. Aunque Loja ha sido una región tradicionalmente cafetalera, la pareja no había trabajado con esta planta antes de llegar. Aun así, en La Perla, Orgel comenzó a trabajar en un laboratorio cafetero experimental de Nestlé y aprendió todos los detalles de la gestión del cultivo. Luego, en 2007, cuando el precio del café se precipitaba hacia arriba, la pareja se arriesgó a plantar sus propios árboles. Ellos fueron los primeros agricultores del área en dar este paso.

Desde el inicio, la calidad fue su prioridad. En lugar de cultivar de manera tradicional, es decir, variedades de menor calidad resistentes a las enfermedades, realizar fertilizaciones y controles de plagas ad hoc y procesamientos desorganizados, la familia tomó el camino del café de especialidad y plantaron sólo variedades de calidad, como Bourbón, Típica y Caturra. Siguieron rigurosos programas de cuidado para sus plantas y emplearon métodos de procesamiento precisos con énfasis en la trazabilidad —durante todo el proceso mantuvieron lotes individuales separados, incluso de la misma variedad.

No sorprende que, poco después de que sus plantas hayan madurado hasta el punto de poder producir café, ellos hayan entrado y conseguido lugares en competencias de cata nacionales. Tampoco es una sorpresa que los vecinos comenzaran a plantar sus propios cafetos luego de ver el éxito del café de Perla Negra, y los altos precios que recibía.  Lo que sí sorprende es el impacto que este cambio ha traído a la pequeña comunidad.

Los lotes se esparcen ampliamente y se mantienen separados

Cultivando Una Comunidad Cafetalera, Cultivando una Industria.

La Perla es una región pequeña y algo aislada en el área noroccidental, pero también es limpia y saludable gracias al café. Caminando por sus calles, se ven casas bien construidas y mantenidas, en lugar de las cabañas ahumadas y destartaladas que caracterizan a algunas regiones productoras, y a La Perla, antes de la llegada del café. Con el aumento de los ingresos que genera el café, los habitantes han podido transformar sus vidas completa y rápidamente. Todos los avances se lograron de manera independiente, ya que solo hace poco el gobierno comenzó a interesarse en la región y en las posibilidades comerciales que representa el café.

De hecho, el logro más importante de Perla Negra no es un café galardonado. En lugar de esto, es el haber incorporado el café a cientos de familias y demostrar que es una opción viable para los agricultores locales, además de mostrar los métodos adecuados para el cuidado y procesamiento del café. De hecho, Olger y Magda mantienen un almácigo y distribuyen plántulas en la región. Así que, directa o indirectamente, todas las plantas de café que se cultivan en el noroeste pueden rastrear su origen hasta Perla Negra.

Sin embargo, una cosa es cultivar café y otra es cultivar una reputación de clase mundial: la meta de Perla Negra y los productores de la región. Se podría pensar que la reciente introducción de la actividad cafetera en el área llevaría a más problemas. Sin embargo, la pareja ha sido capaz de usar este punto a su favor. En regiones con tradición en la producción de café puede ser difícil cambiar de los conceptos ya arraigados y de los hábitos en las prácticas hacia una mejor calidad en el producto y la trazabilidad que se requiere para producir café de especialidad. En las regiones del noroeste de Quito, dónde no hay tradición o prácticas arraigadas, significa que se han implementado tales condiciones desde el primer día. La educación es mejor que la reeducación cafetera.

Perla negra ha plantado sus semillas en toda la región, literalmente

Nada Mejor Que Local

Sin apartar su atención de las comunidades que dirigen, ya que cada vez más productores acuden a ellos para pedir su consejo y apoyo, Magda y Orgel se han vuelto a enfocar en su propio café.

La clave del éxito para cualquier productor de café de especialidad es formar sociedades internacionales a largo plazo para exportar el café que producen, y Perla Negra no es la excepción. A pesar de esto, la pareja aún está consciente de su papel en el desarrollo del naciente mercado cafetero de Ecuador y se han dedicado a abastecer al mercado local con sus productos. Actualmente, Perla Negra tiene su propia tienda de café en Quito y además, es posible encontrar sus productos en algunas otras tiendas de café de la ciudad. Un porcentaje de los granos es tostado por veteranos de la tostaduría de especialidad, tales como Café Vélez, pero Perla Negra también tiene su propia tostaduría.

Todo esto sucede con la ayuda de su hija Lupe. Como catadora con experiencia, evalúa la calidad del café de la finca desde el inicio hasta el final. Como barista, utiliza el café de la familia cuando, por ejemplo, obtuvo el tercer lugar en El Campeonato de Barismo de Ecuador en 2014. Esta integración total del procesamiento del café desde la semilla hasta la taza, es posible solo en países productores de café, y Perla Negra ha aprovechado esta oportunidad.

No dejes que te engañe la sonrisa de Lupe, ella es una competidora feroz. Aunque sus espressos vienen con toda su dulzura.

La Transformación de Una Región Cafetalera

En la actualidad, es difícil imaginar a Magda Zabala en la oficina del banco, escuchando que debe estar equivocada al cultivar café en La Perla. Ahora, esta área es un frondoso manto teñido de verde oscuro por las hojas del café. Y como han descubierto los agricultores y los catadores, el clima, la altitud y el suelo son ideales para el cultivo. Además, el gobierno ha notado el éxito que Perla Negra ha ayudado a nutrir y se ha comenzado a involucrar para ayudar a promover el café con la iniciativa Café de Quito, al igual que apoyar a los caficultores con subsidios y asistencia técnica.  Aun cuando el café ecuatoriano no tiene el reconocimiento internacional de países como Guatemala o Kenia, está desarrollando rápidamente una reputación por sus variedades únicas y de gran calidad, como Cidra y SL-28.

Doña Zabala enseña su cosecha.

Es poco probable que Orgel y Magda hayan imaginado cuánto crecería el café quiteño cuando plantaron las primeras semillas en el año 2007. Ahora, sólo doce años después, otros productores de la región están llevando el café a escenarios internacionales.  Pero Orgel y Magda tienen la satisfacción de saber que fueron ellos quienes plantaron la primera semilla allí, en Perla Negra.

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Traducido por Tati Calderón. Traducción editada por María José Parra.

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