24 de febrero de 2022

¿Qué son y cómo funcionan las cajas rurales en Honduras?

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El sistema financiero hondureño está conformado por instituciones reguladas, tanto públicas como privadas. Las cajas rurales constituyen la figura jurídica que concentra el mayor número de entidades y pertenecen al sector no regulado del sistema financiero.

Estas figuras, inicialmente, se originaron por la promoción de proyectos gubernamentales o de cooperantes internacionales a través de organizaciones no gubernamentales de desarrollo y de las municipalidades. Según la ley, el sistema de cajas rurales se ve integrado por una Comisión Reguladora, la Caja Central, las cajas rurales y una unidad de asesoría y promoción.

El papel que las cajas rurales desempeñan es vital para la población rural ya que muchas instituciones financieras no llegan hasta esas zonas. Para profundizar en este tema conversé con socios y directivos de cajas rurales, y con un representante del IHCAFE. Continúa leyendo para conocer lo que me dijeron.

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Café listo para ser vendido

¿Qué son las cajas rurales?

En Honduras, las cajas rurales se crearon como parte de un sistema integrado de instituciones para el financiamiento rural, en el marco de la Ley de Modernización y Desarrollo del Sector Agropecuario (Ley Especial de Cajas de Ahorro y Crédito Rural, Decreto 201-93). 

Rubén Núñez, coordinador regional en IHCAFE-Comayagua, explica que una caja rural es una estructura básica, congruente con la realidad en las zonas rurales cafetaleras, donde un grupo de productores decide organizarse para obtener algunas opciones dinámicas tanto en la actividad económica como en proyectos dentro de la comunidad para beneficiar a los socios y llevar algunos proyectos a las comunidades. 

Él menciona que “la mayoría de los proyectos que vienen a las zonas cafetaleras buscan esta estructura básica en función de desarrollar proyectos comunitarios y eso lo miraban como potencial para llegar a esos pequeños productores, no considerados en el sistema financiero por los requisitos que manejan ya que algunos no tienen documentos de propiedad. Las cajas rurales les permiten acceder (una vez que estas se constituyen con personalidad jurídica) a créditos y es una manera de hacerle frente a la situación de difícil acceso económico”.

En resumen, según Rubén, una caja rural es “una estructura que puede tener varias ventanas donde se pueden focalizar acciones en las comunidades”.

Por otra parte, comenta que desde el 2008 empezaron a ver una opción alterna a las cooperativas en las zonas cafetaleras. La estructura de caja rural está orientada a contar con acciones. “Los productores tienen acciones de igual cantidad para todos los miembros, ellos cuidan las decisiones que toman y buscan dinamizarlas; es decir, no ser solo cajas de ahorro y crédito si no parte del desarrollo de las comunidades.” 

“Los miembros de las cajas rurales lo que solían hacer era ahorrar y optar a créditos, los pagaban y volvían a sacar préstamos. De esta manera no se prospera, por tanto la idea que incluyeron como IHCAFE es dinamizar un poco. Por ejemplo, llevar proyectos de desarrollo como pequeñas centrales de beneficiado donde los miembros comercializan su café. De esta forma ya había una mayor dinámica en el grupo, generación de empleo y mejores oportunidades para comercializar.”

Para Lorving Calderón, productor, catador, barista, exportador, instructor SCA y responsable de calidad en la microempresa Industria Mi Tazita, una caja rural es “un pequeño banco de los productores en aldeas o municipios en el cual no hay tanta burocracia para poder ser socios o poder optar a créditos con respuesta inmediata y tasas más bajas de interés que las que puede dar el banco o un prestamista”. 

Según cuenta, las cajas rurales son “una solución para productores porque es más fácil que les den un crédito. Como son de productores para productores, ya conocen las necesidades reales dentro del rubro del café.”

Caficultora hondureña

¿Qué servicios ofrecen estas organizaciones comunitarias?

Estas organizaciones comunitarias, creadas por miembros de una comunidad para acceder a servicios de ahorro y financiamiento, se caracterizan por contar con profundas relaciones de confianza, solidaridad y respeto mutuo entre sus socios. Asimismo, tienen como misión contribuir a mejorar la calidad de vida de sus miembros.

Dentro de sus beneficios está fortalecer la economía de la comunidad, facilitar el acceso al crédito local y construir el capital social de la colectividad.

Koritza Guzmán es la presidenta de la caja rural de ahorro y crédito Café 1603. Esta caja se encuentra en la aldea Los Pinos, Santa Bárbara, y desde el 29 de octubre del 2015 cuenta con 22 socios. Ella menciona que son una caja rural pequeña, que se ha creado por afinidad porque son netamente organizaciones comunitarias. Es un grupo donde deben tener mucha confianza y solidaridad entre sí, indica.

Koritza dice que algunos de los servicios financieros que las cajas rurales brindan son proporcionar créditos, autorizar préstamos y fomentar el ahorro. 

Adicionalmente, en la caja rural Café 1603, a nivel de formación han gestionado con diferentes ONG capacitaciones y escuelas de campo. En esta escuela de campo les brindan apoyo a los socios en temas de manejo de fincas, selección de semillas y viveros, manejo de enfermedades e incluso selección de granos para vender lotes especiales. 

Café tostado

A nivel de comercialización, Koritza señala que “algunos de nuestros miembros han logrado vender sus lotes de café a buen precio porque hemos tenido convenios con exportadores como Olam Honduras (ahora ofi Honduras) que nos han mantenido precios buenos comparados a los precios normales de café”. 

En 2017 y 2018 asistieron a una feria de cafés especiales en Boston y lograron enviar muestras de su café. Aunque no consiguieron clientes, fue un logro para ellos. A nivel local, también han participado en ferias en los departamentos cafetaleros de Copán y Santa Bárbara. 

En materia de sostenibilidad, con una empresa hidroeléctrica privada, han conseguido reforestar con maderables las fincas de todos los socios y proteger las fuentes de agua. A nivel económico, con una ONG, han recibido fondos para emprendedores donde 13 de los 22 socios fueron beneficiados con capital semilla.

Koritza hace énfasis en que “a nivel individual no hubiera sido posible el acceso a todos los beneficios mencionados porque las organizaciones trabajan de forma colectiva. Una persona individual que solicite todo lo anterior no tiene soporte”.

Para Lorving, con respecto a los insumos, resalta que el acceso a fertilizantes es mejor ya que “no es lo mismo que compre un solo productor a todos en grupo ya que hacen volumen. Por esos volúmenes se obtienen precios más bajos y pueden comprar vía crédito o hacer el pago con la producción el siguiente año de cosecha”.

Por su parte, Rubén comenta que uno de los mayores beneficios es generar o desarrollar proyectos que lleven a organismos cooperantes. Menciona que ha tenido experiencias con cajas rurales que tienen centrales de beneficiado donde hay un mejor control y menos contaminación al momento del procesamiento. Al ser parte de una caja rural es posible buscar mercados de café con precios diferenciados, que individualmente difícilmente los encontrarían. 

Selección de café

¿Cómo pueden acceder los caficultores a las cajas rurales?

Para crear una caja rural, Koritza señala que es necesario: tener más de 10 socios, contar con un pequeño capital para abrir una cuenta y no contar con otra organización de este tipo dentro de la comunidad. Los miembros, por su parte, no pueden estar en dos organizaciones a la vez, no deben tener antecedentes penales y deben ser personas confiables. Otro de los requisitos es ser mayor de edad pero, en su caja rural, son inclusivos y apoyan la juventud, por lo tanto hay jóvenes menores de 24 años. 

Lorving destaca que “formar parte de una caja es fácil, se llena una solicitud en una reunión de caja rural y cada mes en la reunión de junta aprueban o no la solicitud. Hay que cumplir un tiempo para contar con los beneficios, se deben dar aportes, ser responsables y puntuales”.

Por su parte, Rubén dice que dentro del grupo que se decide organizar hay requisitos básicos como tener el deseo de trabajar de manera comunitaria. Además, el acceso no es solo para productores, cualquier persona que lo desee puede formar parte de las cajas rurales.

Café verde

¿Qué impacto tienen sobre la industria del café en Honduras?

Rubén menciona que las cajas ayudan a “hacerle frente a esa economía rural, a que el productor pueda ahora acceder a crédito, tienen ese dinamismo. La confianza que se logra de organismos cooperantes o proyectos en apoyar una estructura y no directamente a un productor causa un impacto socioeconómico en las comunidades que están bien organizadas”. 

“Los productores comprenden que deben organizarse para dinamizar más la economía local. Se necesita personal que oriente a los productores. Nosotros como IHCAFE es parte del servicio que podemos dar pero en este momento no tenemos personal especializado para dar estas orientaciones a los productores. Hay otros entes que operan pero es muy limitada la cantidad de personas”, señala. 

Por su parte, Koritza comenta que “el tema de las organizaciones comunitarias es muy bueno. Los insto y reto a que formen sus organizaciones para mejorar las condiciones de vida de las personas porque difícilmente van a salir adelante o a crear mejores condiciones si no están organizados. Hay muchas instituciones que apoyan y lo más importante no es qué se recibe, es aprovechar las oportunidades para poner en práctica en casa con su familia y así cada quien tiene su conocimiento a la mano para poder aplicarlo”.

Para Lorving, las cajas rurales impactan al rubro ya que le solucionan problemas al productor. “Aportan la mayor cantidad posible al rubro porque son los pequeños bancos de productores. No necesitan un horario para hacer desembolsos o seguir un protocolo como en el sistema financiero. Siento que ellos aportan mucho al rubro del café porque en este tipo de cajas puede llegar mejor ayuda al productor”.

Café en maduración

En Honduras, las cajas rurales están limitadas geográficamente. En consecuencia, se limita su potencial de éxito y posible crecimiento; sin embargo, es importante reconocer el buen trabajo que realizan y los aportes que generan en las comunidades.

El desempeño de estas organizaciones comunitarias depende, en gran medida, de la adecuada administración y la asistencia técnica a las que sus miembros tienen acceso pero, en general, su impacto positivo las visibiliza como una buena opción para los productores de café. 

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PDG Español

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