20 de septiembre de 2021

Aumentar la sostenibilidad en la cadena de suministro del café

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En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en un término de moda. En algunos casos, es fácil argumentar que esto ha provocado que su significado y peso sean algo confusos. En cualquier caso, se está convirtiendo en un panorama difícil de navegar tanto para las empresas como para los consumidores.

El sector del café no es una excepción. Cada día que pasa, se enfrenta a una creciente trama de desafíos medioambientales, sociales y económicos que ponen en peligro el sustento de muchos y el futuro del sector. Aquí, hay lugar para la “sostenibilidad”: una forma de preservar el medio ambiente y recompensar a las partes interesadas de forma justa, creando al mismo tiempo un sector cafetero duradero y próspero.

Pero, ¿qué significa realmente? ¿Y cómo podemos llegar a ser sostenibles como industria? Para saber más, hablé con Olivier Laboulle, de Louis Dreyfus Company (LDC), Mario Cerrutti, de Lavazza, y la Dra. Martina Bozzola, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich y Queen’s University en Belfast. Sigue leyendo para saber lo que dijeron.

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coffee farmers sorting cherries

El significado de la sostenibilidad

Antes de discutir el porqué y el cómo de la sostenibilidad, es crucial precisar su verdadero significado. La definición más citada es la de Our Common Future, también conocido como Informe Brundtland.

En el informe se establece que: “El desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Aunque esto resume la esencia de la palabra y sus objetivos, sigue siendo vago. La sostenibilidad es un concepto que puede significar cosas diferentes para cada persona. Así que pregunté a mis tres entrevistados qué significa para ellos.

Olivier Laboulle es el responsable mundial de sostenibilidad del café en Louis Dreyfus Company. Para él, la sostenibilidad es un modelo de producción y consumo que es financieramente rentable para todos los participantes en la cadena de valor, sin afectar negativamente a las personas o al planeta. 

“En la agricultura, y en el café en particular, tenemos la oportunidad de ir más allá de la prevención de los impactos negativos y reparar realmente los ecosistemas dañados”, dice Olivier. “Imagina que cada taza de café que se consume en el mundo contribuyera activamente a la lucha contra el cambio climático, por ejemplo”.

Para Mario Cerrutti, responsable de sostenibilidad en Lavazza, la palabra tiene un peso de responsabilidad. “Debemos tener cuidado con crear cualquier posible confusión”, dice. “Cuando decimos a los consumidores que algo es sostenible, ¿qué significa? Tenemos que ser claros al respecto y saber cómo lo conseguimos”.

Por último, la Dra. Martina Bozzola es economista medioambiental en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich y en Queen’s University en Belfast. También es socia del programa Alliances for Action (Alianzas para la Acción) del Centro de Comercio Internacional, como experta en sustento y sostenibilidad.

“Para mí, lo primero que se me viene a la mente es el largo plazo; la capacidad de hacer una cadena de suministro que pueda durar”, dice. “Se reduce a comprometerse sistemáticamente con los tres pilares de la sostenibilidad: social, medioambiental y económico”.

Por ejemplo, si pones en práctica un proyecto para maximizar los beneficios y utilizas métodos de producción de bajo costo, lo más probable es que se perjudique al medio ambiente o se explote a los trabajadores. Esto será categóricamente insostenible.

farmer holding coffee cherry

El camino gradual para reformar una cadena de suministro

La preocupación por las disparidades socioeconómicas y las consecuencias medioambientales perjudiciales de la producción de café no es nueva. En el siglo XX, el sector adoptó un cierto nivel de sostenibilidad medioambiental a través de la certificación orgánica; pronto le siguieron las prácticas comerciales éticas con la adopción de la certificación Fairtrade. 

Esto, a su vez, ha impulsado durante el siglo XXI a la creación de otras etiquetas de certificación orientadas a la sostenibilidad.

Olivier me habla del contexto de sostenibilidad en el que opera LDC, y se refiere en primer lugar a la época en la cual la empresa comenzó a comercializar café en Brasil, en 1989.

“En aquella época, los consumidores estaban menos preocupados por la sostenibilidad”, explica. “Rainforest Alliance acababa de fundarse en EE. UU., y las normas de sostenibilidad del café eran un nicho relativamente pequeño. Se limitaba principalmente a un pequeño número de consumidores devotos y activistas”. 

“Actualmente, la sostenibilidad es una norma básica. Se calcula que más de una cuarta parte de todo el café del mundo se produce en función de una certificación”.

Aunque las certificaciones pueden traer consigo una serie de problemas, suponen un paso formal hacia un impulso global y colectivo en favor de unas cadenas de suministro más sostenibles.

Mario reconoce el cambio positivo que se ha producido a lo largo de los años. Sin embargo, no se fía de los problemas que han persistido en el tiempo, a pesar de los esfuerzos de las partes interesadas. 

Él señala problemas continuos, como la escasa remuneración de los productores, la falta de un salario digno y la prolongada dificultad para crear conocimientos y sensibilizar sobre cuestiones de calidad y socioambientales. 

“El cambio climático, las plagas y las enfermedades han aumentado”, añade. “La tierra apta para la producción está disminuyendo, el problema generacional se profundiza, y el impacto de la producción insostenible de café en nuestros recursos naturales es problemático”. 

“Los nuevos retos no son menores ni menos preocupantes que en el pasado, y tampoco debe serlo nuestra determinación para afrontarlos”.

coffee and other crops

¿Hay rentabilidad en la sostenibilidad?

Los consumidores hacen que las marcas asuman cada vez mayores responsabilidades por la sostenibilidad y el comercio justo, ya que la conciencia pública sobre estos temas se ha disparado en los últimos años. Esto se debe en gran medida a las redes sociales y a las plataformas en línea. Esto está impulsando el cambio en toda la cadena de suministro, ya que la demanda ayuda a impulsar un mayor respeto por los caficultores y el medio ambiente. 

Pero, ¿significa esto que las marcas pueden ser simultáneamente rentables y sostenibles?

En los últimos años, hemos visto que las marcas y los fabricantes han identificado la sostenibilidad como una forma de mercadeo y un poderoso medio de diferenciación del producto. Esto les ha permitido promover la sostenibilidad y cumplir sus objetivos de responsabilidad social corporativa sin dejar de ser competitivos. 

Olivier afirma que, en el futuro, las empresas que no puedan cumplir los compromisos de sostenibilidad de los tostadores quedarán excluidas. Él señala que LDC está “orgulloso de formar parte de este cambio positivo en nuestra industria”, y afirma que esto “beneficiará a las generaciones actuales y futuras de caficultores, comerciantes, tostadores y consumidores”.

Para Mario, ser sostenible se está convirtiendo en una auténtica ventaja competitiva. Pero señala que este cambio es “bueno y malo a la vez”.

“Cuanta más competencia hay, más incentivos hay para hacer greenwashing y engañar a los consumidores con información imprecisa”, afirma.

Él destaca la importancia de igualar las condiciones con un enfoque serio de la sostenibilidad y de recordar el objetivo final: el impacto en las personas. 

“Si empiezas con la competencia y el beneficio como incentivo o intención, será un desastre”, dice. “Si a nadie le importa, ¿por qué habría de comprometerse la gente?”.

bags of coffee stacked up

¿Es bueno pasar de la diligencia debida voluntaria a la obligatoria? 

Durante un tiempo, la sostenibilidad de la cadena de suministro ha sido impulsada principalmente por la demanda de los consumidores y las normas voluntarias. Sin embargo, en el futuro, es probable que la diligencia debida obligatoria se generalice. ¿Pero es esto algo bueno?

Por un lado, podría ayudar a integrar la sostenibilidad en todo el sector.

“Es útil que los legisladores establezcan normas”, dice Olivier. “Crea unas condiciones equitativas y garantiza que todas las partes interesadas tiren de la misma cuerda”.

Por ejemplo, en la UE ha habido un largo debate en torno a las normas de diligencia debida obligatoria y voluntaria. Las empresas que han implantado prácticas modernas de sostenibilidad reclaman cada vez más una legislación, argumentando que los competidores no deben salirse con la suya al no ser sostenibles.

Sin embargo, en la actualidad, está claro que las cadenas de valor del café que abastecen a Europa se verán cada vez más influenciadas por el Pacto Verde Europeo.

Se trata de una estrategia de crecimiento destinada a transformar la UE en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Su objetivo es crear un futuro inclusivo, competitivo y respetuoso con el medio ambiente para Europa, a través de estrategias específicas y la diligencia debida obligatoria. 

Pero, en última instancia, esta nueva normativa tendrá repercusiones tanto positivas como negativas en la comunidad de productores. Martina subraya que las medidas de acompañamiento serán esenciales para que la nueva legislación funcione.

“Por un lado, es muy bueno ver que hay un compromiso serio a nivel político para cumplir el compromiso que asumimos en el Acuerdo de París”, afirma.

“Por otro lado, la diligencia debida obligatoria y el aumento de la transparencia y los requisitos generan inevitablemente mayores expectativas para los productores. La asistencia técnica y el desarrollo de capacidades serán fundamentales para apoyar esta transformación”.

Aunque Mario apoya el concepto de diligencia debida obligatoria, él cree que las decisiones de los consumidores serán un catalizador mucho más poderoso para el cambio. 

“Un método obligatorio puede excluir la participación de los actores y un enfoque participativo”, dice. “Es mejor que las personas entiendan realmente por qué una forma es mejor que otra. Un consumidor educado puede marcar una diferencia increíble y hacer que las empresas asuman sus responsabilidades”.

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Colaboración y un impulso colectivo para el cambio sistémico

Cada vez hay más conciencia de que el mundo moderno es progresivamente más colaborativo. Trabajar por separado en problemas o niveles de la cadena de valor individuales no logrará una transformación eficaz. Las asociaciones público-privadas, las alianzas entre los participantes de la cadena de suministro, y las políticas relevantes serán fundamentales para impulsar el sector del café hacia un cambio generalizado.

Olivier es optimista. Él dice: “Si las acciones de cada eslabón de la cadena de suministro son responsables (por ejemplo, cuando los reguladores establecen nuevas políticas, o los consumidores cambian su comportamiento de compra, o los tostadores asumen compromisos relacionados con la sostenibilidad), entonces entramos en un círculo virtuoso”.

Aunque esto suena muy bien en teoría, en la práctica requiere mucho trabajo y dedicación. Martina explica que las asociaciones no surgen espontáneamente. Para involucrar a los productores, por ejemplo, es necesario sensibilizarlos y hacer un esfuerzo por compartir tecnología y recursos. 

“No se puede pedir a un productor que adopte prácticas agroforestales dinámicas si no hay capacidad para respaldarlas”, dice. “¿Dónde consiguen plántulas? ¿Cómo las ponen en práctica? ¿Cómo se benefician de ello? Las personas necesitan un incentivo para adoptar la sostenibilidad”.

Ella también señala que el papel del sector público es importante. “No se pueden aplicar medidas sin una base sólida”, afirma. “Se necesitan instituciones sanas y que funcionen bien, que puedan llevar el impulso de la sostenibilidad y apoyar la aplicación”.

lavazza coffee machine

La cadena de suministro del mañana: ¿qué sigue?

Pregunté a mis entrevistados cómo veían el futuro del sector del café, y cuán sostenible creen que será. 

En primer lugar, Olivier confía en que los principales participantes de la industria tienen un plan de acción claro y concreto para dar forma a un futuro sostenible. 

“La Unión Europea y los principales tostadores se comprometieron a reducir las emisiones de carbono a la mitad para 2030, se están aprobando leyes de diligencia debida y las empresas orientadas al consumidor se han comprometido a ofrecer un café de origen 100 % responsable”.

Martina cree que las prácticas sostenibles se convertirán en la norma. “Ya no serán un nicho, sino un requisito y una expectativa del consumidor”, afirma. 

Sin embargo, ella advierte que existe la necesidad de tener una conversación inclusiva y una acción colaborativa sobre la sostenibilidad que se extienda a todos.

“Estamos viendo un cambio”, explica. “Algunos países productores se están convirtiendo en países consumidores, y tenemos mercados emergentes en Asia oriental donde el consumo está aumentando”. 

“¿Cuáles son las tendencias allí? Hay que monitorearlo y debatirlo a medida que se abren y crecen nuevos mercados”. 

Por último, para Mario, el derecho del consumidor a la información medioambiental y socioeconómica trazable de los productos será de gran importancia. 

“Cosas como las características de la zona de cultivo y de las condiciones de los productores serán cada vez más necesarias”, afirma. Él dice que Lavazza se ha asociado con Slow Food Coffee Coalition para ayudar a crear conciencia entre los consumidores. “El manifiesto de Coffee Coalition es crear la obligación de aprender, conocer y preguntar”.

indonesian coffee farmers

Los esfuerzos constantes y las prácticas nuevas y más sostenibles en toda la cadena de suministro pueden ayudar a mitigar los desafíos a los cuales se enfrenta el sector cafetero mundial.

La legislación obligatoria para regular el sector es una medida que demuestra el compromiso con los objetivos sostenibles. Sin embargo, es una herramienta, no una solución, y además requiere un uso cuidadoso. 

“Encontrar un equilibrio entre establecer requisitos mínimos evitando la sobreprescripción, será clave”, concluye Olivier.

No podemos obligar a las personas a que sean eficientes o éticas. Pero, como colectivo, podemos mejorar la comprensión, el conocimiento y, en última instancia, crear incentivos para contribuir a una cadena de suministro de café más justa y sostenible.

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Crédito de las fotos: Lavazza, LDC, Martina Bozzola, Unsplash

Traducido por Tati Calderón. Traducción editada por María José Parra.

PDG Español

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