4 de febrero de 2021

Por qué no necesitas una finca de café grande para generar ganancias

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La rentabilidad de una finca de café depende de muchas variables. Una de ellas es el tamaño del terreno. Se podría pensar que una finca grande produce mayores ganancias que una pequeña, pero esto no es necesariamente cierto. 

Existen predios de poca extensión que han logrado el éxito gracias a una buena gestión, la cual involucra varios factores, como la optimización de los costos, una diversificación estratégica de las fuentes de ingresos y la producción de café de calidad. 

Para saber más sobre la relación entre el tamaño de la finca cafetalera y la rentabilidad del cultivo, hablé con dos expertos. Continúa leyendo para conocer lo que me dijeron. 

finca de café

Factores que determinan la rentabilidad de la finca

Un estudio realizado en Colombia en 2005, reveló que el área mínima necesaria para que un caficultor pueda cubrir sus gastos es de 3,8 hectáreas, si las actividades productivas se llevan a cabo con mano de obra familiar. Cuando el tamaño de la finca es menor, las familias se ven obligadas a buscar otras fuentes de ingresos, como la venta de productos pecuarios, trabajos alternativos o incluso, reducir el presupuesto destinado a la alimentación.

José Arturo Santos es asesor técnico regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Latinoamérica. Él aclara que la dimensión del cultivo es solo uno de los diversos factores que influyen en la rentabilidad. 

“Tú puedes tener una finca pequeña, pero si es bien administrada, logras tener mano de obra familiar o propia, contratas cierta, manejas buena variedad y tenés un buen anclaje con una buena cooperativa o un muy buen cliente que te acompañe, sos rentable. Pero también he visto fincas grandes (…) tercera generación de café, [que han fallado]”, me explica José. 

También, añade que además de la finca, es necesario analizar y conocer toda la cadena de valor, la cual incluye las variedades de café, la ubicación, el conocimiento del productor y una ruta comercial asistida. Una vez que conozcas estas variables podrás saber si tu finca te genera un margen de rentabilidad. 

Con esto en mente, analicemos algunos factores relacionados con el tamaño que influyen en la rentabilidad de las fincas cafetaleras. 

¿Es viable la diversificación?

La diversificación de las fuentes de ingresos con productos agrícolas, no agrícolas y pecuarios suele ser una opción para garantizar la seguridad alimentaria y aumentar los ingresos de los productores de pequeña escala. La siembra de productos cómo plátano, banana, frutos cítricos y otras frutas y verduras; la venta de aves de corral y la ganadería ayudan a las familias a garantizar la sostenibilidad de sus fincas.

Sin embargo, José advierte que la diversificación se puede convertir en un arma de doble filo si no se hace de la manera correcta.  

“Muchas veces pensamos que entre más diversa, va a reducir los riesgos. [A veces], incrementas los riesgos, porque si no logras dominar la línea de café, no sabes manejar bien el ganado (…) producción de conejos, producción de vainilla y miel, vas a tener un poco de todo y nada de mucho”, me explica. 

José recomienda implementar un modelo de producción mínima. Por ejemplo, si estás pensando en producir miel, debes definir las herramientas que necesitas, como un velo o una castradora, e identificar la cantidad mínima de cajas de miel que se compran cerca de tu propiedad para cubrir los gastos de inversión. Una vez que determines los costos, sabrás cuál es el área de terreno que podrás intervenir. 

Además, José añade: “Esa diversificación de producción va a depender del acceso al mercado que tengas. Muchas veces, [se establece] un abanico de producciones y cuando se dan cuenta, no hay demanda y no hay mercado para los otros productos. Entonces, lejos de que el café sea un complemento, el café está sobrepesando o amortizando todos esos otros productos que no generan”.

Diracsema José José, representante de Café Labrador en Oaxaca, México, me dice que antes de alternar la producción, es necesario reconocer las condiciones físicas de la finca y con base en su tamaño, definir la cantidad de plantas idóneas para sembrar, con el fin de evitar que en el futuro puedan competir por nutrientes y espacio con las plantaciones de café. 

Por ejemplo, los árboles de frutos cítricos al crecer suelen invadir el espacio y disminuir la densidad del cultivo de café. Por esta razón, en las fincas pequeñas, se recomienda sembrar uno o dos árboles y destinarlos al consumo familiar.

Aprende más: 5 formas de aumentar la rentabilidad de tu finca de café

finca de café

Producción de café de especialidad

José cree que los pequeños caficultores deben aprovechar el fenómeno de la tercera ola, ya que la calidad se suele remunerar con un mejor precio. 

“Si vas a tener una finca pequeña, trata de hacer una aproximación al mercado de café fino o mercado de café diferenciado. Si vas por volumen [no es una buena idea], porque el precio base es muy bajo, a menos (…) que tengas un excelente suelo y tu área sea de alta productividad, pero el margen de ganancia es muy poco”, indica José. 

Diracsema está de acuerdo. Como productora de pequeña escala, reconoce que el café de calidad comercial no permite obtener un precio diferenciado y además se necesita una mayor cantidad para venderlo a un valor menor y recuperar la inversión. 

Además, Diracsema agrega que en Oaxaca, los caficultores han optado por el mercado de especialidad, ya que la consideran una manera más idónea de trabajar por el bienestar de las familias cafetaleras.

Si produces café de alta calidad, necesitas acceso a un nicho de mercado que esté dispuesto a pagar por tu cosecha. José advierte que es importante que el caficultor esté vinculado a una empresa ancla o sistema de exportación, porque le facilitará posicionar su producto en el mercado de especialidad. 

“Muchas veces decimos: [cultivemos] media manzana de café Geisha o de Robusta [lavado] y el campesino va a ganar tres veces lo que tiene de ingresos. Si hay una empresa ancla que pueda hacer ese puente, sí, pero [solamente iniciar con media hectárea para luego exportar] no va a poder”, señala José. 

Un ejercicio que podría funcionar, me dice José, es intentar responder a estas preguntas: ¿Qué mercado tienes en tu región? ¿Cuáles son las condiciones del mercado en el país? ¿Qué sistema de precios ofrece? ¿Cómo se compone la cadena de suministro? Si las respuestas favorecen la producción de café especial, tienes vía libre para avanzar en tus propósitos.

“Para un pequeño productor, la respuesta no es ‘[cultivar café de especialidad], porque eso le va a hacer más rentable’. No necesariamente, porque quizás no tiene el conocimiento de manejar esa genética y no tiene el conocimiento de manejar la poscosecha que ese café va a requerir”, insiste José. 

Compra de insumos

Los insumos agrícolas también hacen parte los costos de producción del café. Según un estudio de Caravela Coffee realizado con cifras de 2017 en Latinoamérica, hasta el 20% del costo de producción se destina a la compra de fertilizantes y productos para combatir las plagas y enfermedades en los cultivos.

Una opción para disminuir los costos es adquirir los agroinsumos al por mayor. Es decir, si tienes que aplicar fertilizante dos veces al año y cuentas con los recursos, es mejor realizar una sola compra para evitar el impacto de las variaciones de los precios. Diracsema estima que de esta manera, se puede ahorrar entre el 5% y 8% del costo.  

No obstante, ella reconoce que a veces la situación económica de los caficultores les impide adquirir grandes volúmenes. “Probablemente, el 5% [de los caficultores] tiene esa posibilidad”, me cuenta. 

Para José, la rentabilidad no radica solo en optimizar los costos, también influyen algunos conceptos técnicos. Él aconseja realizar un análisis del suelo para determinar la cantidad adecuada de fertilizantes que requiere el terreno y recurrir a las cooperativas y agrónomos para proporcionarte los conocimientos necesarios para su aplicación. 

“Muchas veces, se hace un ‘paquete’ como [una] receta de cocina y hay veces que tenés microzonas en las cuales la variante de insumos que requiere cada productor es muy diversa. Generalmente, se les ha recomendado a proyectos de este tipo, que previo a hacer paquetes tecnológicos agrícolas, tengan análisis de perfiles de suelo”, me dice José.

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Costo de producción

José me dice que si un caficultor pretende ser rentable con base en el tamaño de su parcela, es fundamental que determine cuáles son los costos de producción y el presupuesto necesario para cubrir al menos los costos básicos de su actividad productiva, que varían según el país.

“Muchas fincas cuando tú les haces un escrutinio de costos fijos y rentabilidad, rinden negativo, porque no [tuvieron] en cuenta cuál fue el costo de la tierra, el salario del papá (porque ahora está el papá y el hijo trabajando en la finca y [ganan] el ingreso para vivir), no [tuvieron] en cuenta que los carros ya estaban allí, que el abuelo ya había sembrado, entonces no se hace un verdadero análisis económico de la finca”, agrega José. 

Como productor, debes determinar el área de tierra y la productividad necesaria para vender un volumen de café suficiente. Los gastos que debes asumir incluyen el transporte, la mano de obra adicional y los fertilizantes.

José agrega: “Hacé costos para ver cuánto te cobran, cuánto te compran, en cuánto te compran y cómo cubrís el costo de la sembrada, cuánto valen las plantas de café, qué café voy a usar, ¿me las dan o las produzco?, cuánto fertilizo, cuánto tiempo me tardo (…) en base a cuánto (…) cuesta podrás determinar hasta cierto grado el área de finca en el que tendrás que hacer la intervención”.

Además, las investigaciones sugieren que necesitas un margen de ganancia mínimo del 30% para sobrevivir y asumir tus necesidades básicas como educación, alimentos y salud. 

Cabe aclarar que los costos por hectárea tienden a disminuir a medida que aumenta el tamaño de la parcela. No obstante, José aclara que siempre hay un punto de equilibrio, en el que la fórmula se invierte y los costos suben a la par del tamaño del terreno.

Una finca con una gran extensión de terreno no es sinónimo de una buena rentabilidad. Para generar un margen de ganancias que te permita cubrir tus costos y satisfacer tus necesidades, debes comprender las diferentes variables que intervienen en la producción para optimizar el uso de los recursos. 

Aunque el tamaño de la finca es importante, lo fundamental es calcular correctamente el presupuesto, evaluar el potencial en el mercado de tus productos y reducir los gastos cuando sea posible. De esta manera, podrás garantizar un buen margen de rentabilidad en tu finca, por pequeña que sea.

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Créditos de las fotos: Tatiana Guerrero, Café Labrador.

PDG Español

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