Como ocurre con cualquier producto agrícola básico, el capital y el acceso a la financiación son esenciales para los caficultores. Además, el acceso a capital cobra aún más importancia si tenemos en cuenta que algunos productores llevan muchos años enfrentándose a problemas financieros.

El café es un producto de temporada, lo que significa que se cosecha en un momento determinado cada año. A su vez, los productores de café suelen recibir un pago único al año, cuando venden su cosecha.

En definitiva, este modelo crea mucha inestabilidad para algunos caficultores porque puede resultar difícil planificar financieramente el año siguiente.

Para saber más sobre el acceso oportuno a capital y cómo afecta a los productores de café, hablé con cuatro expertos del sector. Sigue leyendo para conocer sus opiniones.

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¿Qué es el capital?

En términos sencillos, capital es un término utilizado para describir el efectivo o los activos financieros que posee una empresa o un particular. Estos activos se emplean para hacer funcionar la empresa o ampliar sus operaciones. 

Una hacienda cafetera vende bienes y, por lo tanto, es una empresa. Al vender café, los productores generan dinero con el objetivo de obtener un beneficio que puedan invertir de nuevo en su negocio. La inversión puede adoptar distintas formas, por ejemplo:

• Sustituir los cafetos viejos
• Plantar variedades más resistentes
• Reparar o sustituir equipos y maquinaria
• Instalación de sistemas de riego
• Comprar nuevos tipos de fertilizantes

Los productores de café dependen, en gran medida, del éxito de sus cosechas para generar capital. ¿Cómo reciben el pago? 

Luis Cuellar es cofundador de Promising Crops. Él explica que, por lo general, a los caficultores les pagan anualmente una suma global después de que venden su café.

“El momento de la cosecha determina en gran medida cuándo se entregará y venderá el producto final (café)”, afirma. “Muy pocos productores pueden permitirse almacenar su café y venderlo después de la temporada de cosecha, aunque este modelo funciona en algunos países como Brasil”. 

Luis también señala que se paga a los agricultores cuando un comprador local adquiere su café. “El producto final puede presentarse de varias formas”, afirma. “Los agricultores pueden vender cereza, pergamino húmedo y/o seco o café verde”. 

“El tipo de café vendido depende sobre todo de la región o el país, así como de los mecanismos que utilicen los compradores locales”, comenta. 

Además, los precios que reciben los caficultores (conocidos como precio en finca) no suelen cubrir una serie de costos adicionales que algunos caficultores tienen que absorber, como los gastos de molienda, transporte o exportación. 

Al mismo tiempo, los caficultores suelen recibir un precio inferior al pagado en los beneficios o a los comerciantes de café. En última instancia, esto significa que, por lo general, no pueden retener todo el valor posible.

¿Por qué necesitan financiación los caficultores?

En comparación con otras empresas de la cadena de suministro del café, los productores no suelen disponer de mucho capital en un momento dado, especialmente los pequeños caficultores. Esto puede dar lugar a una serie de retos, por ejemplo, en la inversión en insumos agrícolas como fertilizantes y nuevos equipos, y en los esfuerzos para mejorar la calidad del café.

Herbert Peñaloza Correa es Director de Operaciones de 575 Café. Él dice: “tener acceso a financiación te equipa para apalancar todos los recursos necesarios para operar una finca. Por ejemplo, si quieres cultivar con éxito un nuevo cafetal, necesitas al menos US $5000 por hectárea”. 

“Además, se necesitarán al menos tres años de cosechas satisfactorias para recuperar esa inversión”, añade. “Para los caficultores más noveles, también hay que comprar tierras e invertir en infraestructuras pero muchos no tienen los recursos financieros para hacerlo”.

El capital puede cubrir necesidades más inmediatas y a corto plazo, así como mitigar el riesgo de circunstancias imprevistas. Por ejemplo, una pérdida imprevista de rendimiento o condiciones meteorológicas extremas que afecten la cosecha.

En la producción de café, recursos financieros como facilidades de crédito y préstamos también pueden cubrir necesidades a largo plazo, explica Luis. “En países como Colombia, los productores tienen acceso a modelos financieros para establecer haciendas cafeteras, construir instalaciones y adquirir nuevos equipos. También, hay programas de renovación de explotaciones, que están disponibles cada siete años”. 

Ahora bien, no todos los países de origen cuentan con un apoyo financiero similar, lo que lleva a algunos productores a obtener facilidades de crédito o préstamos de los bancos.

Willem Boot, fundador y Director General de Boot Coffee, explica cómo esto puede dar lugar a una serie de problemas.

“Estos préstamos suelen tener tasas de interés elevadas. En el caso de los pequeños agricultores que no poseen tierras, no tienen ninguna garantía para un préstamo, [lo que puede dificultar el acceso a uno]”.

¿Por qué es tan importante disponer de capital en el momento oportuno?

La financiación puede proporcionar el capital circulante necesario para cubrir los costos asociados a la producción de café, lo que puede contribuir a mejorar la eficiencia y la rentabilidad de una finca.

Con todo, el momento en que se recibe el capital puede ser a menudo esporádico, lo que dificulta la planificación tanto a corto como a largo plazo. Herbert explica algunas de las formas en que los agricultores pueden recibir pagos en Colombia:

• Si los productores venden el café basándose en el precio diario del mercado C, el pago se efectúa puntualmente en el momento de la entrega.
• Si venden a un comerciante de café, el pago puede demorarse hasta unos meses después de la entrega del café.
• Si son miembros de una cooperativa, los productores pueden cobrar por adelantado. 

En definitiva, el tipo de acuerdo depende de quién vende y quién compra el café. Por ejemplo, los grandes compradores suelen dictar si los pagos se hacen por adelantado o posterior a la entrega. 

Si un agricultor no recibe los pagos por adelantado, puede resultar más difícil planificar los meses y años venideros. Esto es especialmente preocupante si se tiene en cuenta que muchos productores ya tienen que trabajar con una suma fija, en lugar de ingresos regulares, semanales o mensuales, durante un año. Esto puede plantear una serie de problemas si surgen reparaciones urgentes o gastos de mantenimiento a lo largo del año.

Willem afirma que entre el 70 y el 80 % de los productores de café del mundo son pequeños propietarios. Esto hace que la financiación sea difícil de conseguir, por todas las razones antes mencionadas. En ese sentido, la mayoría de los caficultores del mundo no pueden obtener capital para reinvertir en sus explotaciones.

Esta situación no solo impide que los productores inviertan en la calidad o el rendimiento de sus cafetos, sino que puede significar que no obtengan ingresos estables, lo que repercute en sus medios de vida y los de sus familias.

¿Qué pasa con los modelos de comercio directo?

Willem afirma que las oportunidades de participar en el comercio directo pueden crear riesgos para algunos pequeños agricultores que tienen poco capital o acceso a recursos financieros.

Al final, sin una red de seguridad financiera, algunos agricultores no son capaces de conservar su café a la espera de obtener precios más altos.

“Es como una compensación”, explica. “Un caficultor puede no tener tiempo para esperar el mejor precio posible del mejor comprador posible”. 

¿Es la financiación previa una solución a largo plazo? 

Se habla de financiación previa cuando un productor pide un préstamo para cubrir costos por adelantado durante un período fijo de tiempo antes de recibir el pago de un comprador.

El acceso a la financiación previa puede variar en función del país productor, o incluso de la explotación. Willem explica que en las haciendas más grandes de países como Etiopía es habitual que los bancos financien las inversiones en infraestructuras de la finca. Con este modelo, el caficultor realiza una inversión previa del 30 % de los costos totales, mientras que el banco financia el 70 % restante. 

Algunos productores de café también pueden establecer relaciones con prestamistas o inversores dispuestos a prefinanciar sus operaciones de forma regular. Ahora bien, es importante tener en cuenta que no todos los caficultores tienen el mismo acceso a esta oportunidad, especialmente los pequeños propietarios que podrían no tener acceso al flujo de caja o a las garantías necesarias.

Willem cree que una de las soluciones más sostenibles a largo plazo es ofrecer formación a los agricultores para que puedan entender mejor cómo funcionan las estructuras financieras en la producción de café. A su vez, afirma que esto puede mitigar los riesgos y permitir a los productores tomar decisiones más informadas.

Diversificación de cultivos

Judith Ganes, fundadora y presidenta de J. Ganes Consulting, explica que la diversificación de cultivos puede ser una forma para que los agricultores mejoren su capital. 

“En Brasil, muchos cultivadores de café plantan también pimienta negra, mango y soya para obtener ingresos adicionales”, dice. “Por ejemplo, la soya puede cosecharse y venderse después de cinco meses”.

“Cultivar café requiere una inversión de tres años, por lo que en última instancia hay más riesgo”, añade.

Como en cualquier negocio, el momento en que se invierte el capital desempeña un papel crucial en el funcionamiento de una explotación cafetera. Además, tiene un gran impacto en su rentabilidad y éxito financiero.

Cuando debatimos cómo podemos hacer que la industria del café sea más sostenible, está claro que repensar cómo y cuándo se paga a los caficultores debería ser un tema integral para el futuro.

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Traducido por: María Romero. Traducción editada por Alejandra Soto.

PDG Español

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